El sector de la restauración es, sin lugar a dudas, uno de los grandes referentes a nivel económico de toda España. Se trata de un sector que es el motor de nuestra economía y que, desde luego, está reconocido y es respetado por toda nuestra sociedad. Todos y todas somos conscientes de lo que nos gusta salir a tomar algo a los españoles y que, dentro de esa actividad, si no fuera por los bares y restaurantes de nuestras ciudades y municipios poco podríamos hacer para cumplir con ese deseo de salir de casa y disfrutar de una cerveza y un pincho con nuestra gente.
La llegada del coronavirus ha hecho que, por desgracia, todos esos negocios hayan tenido que echar el cierre de manera temporal. Es algo que ha formado parte de una serie de medidas de fuerza mayor y que, desde luego, pone en peligro a muchos de los pequeños negocios que forman parte de este sector. Y debe haber una exigencia hacia el Gobierno central y el de las comunidades autónomas para que hagan todo lo posible para garantizar la supervivencia de este tipo de negocios en estos tiempos de zozobra económica que parece que se avecinan.
Por desgracia, cuando han llegado crisis económicas, desde los diferentes gobiernos se ha apoyado más a las grandes empresas que a los pequeños comercios, que son los que más empleo generan en todo el país. Y esto es un eroe que consideramos garrafal y que no puede ocurrir ahora. Y es que, si ocurre, buena parte del tejido empresarial de un sector como lo es la restauración se vendrá abajo. Imaginaos lo que tiene que ser que obliguen a cerrar un negocio durante, al menos, un par de meses y que su facturación sea nula durante todo este tiempo. Ses motivo suficiente como para echar el cierre de manera definitiva.
Según una noticia que fue publicada en el portal web Mapal Software, el sector de la restauración en España aumentó sus ventas en el año 2017 en un nada despreciable 2’5%, llegando a una facturación total de 36.024 millones de euros. Se trata de una cifra realmente importante para el conjunto de la economía de nuestro país y que deja meridianamente claro que el sector vivía, antes de esta crisis, uno de sus mejores momentos. Todo ello se ha visto cortado por la llegada del COVID-19 y es hora de que, desde las administraciones públicas, se pongan todos los medios a su alcance para evitar que esa progresión sea imposible a corto plazo.
Según otra noticia, que fue publicada en este caso en el portal web Hostelería Madrid, España había ganado un total de 1.857 bares y restaurantes en el año 2018, lo cual demostraba la buena salud de la que gozaba el sector en los últimos tiempos. En total, el número de locales de este tipo que había en el interior de nuestras fronteras ascendía a 279.396, algo que pone de manifiesto esa enorme importancia que tiene este modelo de negocio en un país como lo es el nuestro.
La falta de apoyo a la hostelería, a pesar de ser un sector vital en nuestro país, ha sido algo repetido en España cuando han llegado las crisis económicas. Tenemos un ejemplo claro con la crisis del 2008 y esperamos que eso no se vuelva a repetir. Desde luego, sería una pena sobre todo por la hostelería artesanal, que es una de las grandes señas de identidad de nuestro país. Los profesionales de una entidad como lo es El Molí Pan y Café, una franquicia de cafeterías y bollerías, nos han comentado que es más importante que nunca, ahora que la crisis causada por el COVID-19 es una realidad, que desde el sector público se apoye a este modelo de actividad.
Una necesidad que, además, urge
A nadie le cabe la menor duda de que las medidas no solo tienen que llegar hasta las empresas de este sector, sino que, además, lo tienen que hacer rápido. De lo contrario, tendremos un problema en lo que respecta a este sector. Y es que no cabe la menor duda de que estas entidades, que llevan dos meses sin facturar ni un solo euro, necesitan ayudas ya. Y las necesitan liquidez cuanto antes. Para ello, la única alternativa consiste en ser apoyadas por el Estado y la comunidad autónoma correspondiente.
Nadie quiere que se repita lo que vivimos desde 2008 hasta 2015. Si el Estado no proporcionase a las empresas hosteleras la ayuda suficiente, aquella situación sera un chiste con lo que podría llegar a pasar en una situación como la que se avecina. Es la hora de apoyar de manera incontestable a la hostelería española y, para ello, una inyección económica sería la mejor alternativa posible.