La economía española debe apoyar al sector industrial

La economía española, al igual que la del resto de Europa y de buena parte de la mundial, ha sufrido muchos reveses en la última década y media. Primero fue la crisis de 2008, que podríamos decir que fue la más peligrosa desde el crack de 1929. Acto seguido, y cuando ya llevábamos algunos años de un crecimiento importante, llegó el coronavirus y nos metió en casa, lo que provocó que un buen puñado de entidades dejaran de operar y bajaran de un modo definitivo su persiana. La verdad es que la situación ha sido dramática en muchos casos y todos y todas queremos algo de estabilidad después de todo este tiempo.

Parece que la pandemia va pasando y que una de las señales que nos va dejando eso es la creación de empleo y la proliferación de nuevas empresas en el interior de nuestras fronteras. En España, estamos observando cómo la demanda de naves industriales se está convirtiendo en una realidad. Y, desde luego, es una noticia tremenda. Quiere decir que hay muchos productos empresariales que empiezan a tomar forma o que están ampliando sus horizontes. En definitiva, significa que hay futuro. Por fin. Es lo que llevábamos mucho tiempo queriendo oír.

Hasta en Argentina se han dado cuenta del vuelco (para bien) de nuestra economía. El diario La Nación informó en una de sus noticias que las grandes naves industriales estaban viviendo su época dorada. Y es verdad. Cuantas más naves industriales son necesarias, más empleo y más trabajo existe. Y en España está ocurriendo precisamente eso. Desde luego, no queremos que nadie nos baje de esta nube. Estamos haciendo un gran trabajo y la sociedad lo empieza a notar. Como en todas las economías del mundo, cuanto más fuerte es el sector industrial, mayor es la potencia de un país.

En una noticia que vio la luz en la página web de El Español, y más concretamente en su sección Crónica Global, se aseguraba que Cataluña es la comunidad autónoma que cuenta con más polígonos industriales. Hay más de 1.400 y, en ellos, hay presencia de más de 44.000 empresas. Imaginaos la importancia que tienen, entonces, espacios como estos. Sin ellos, está claro que nuestra economía no sería la misma y que tendríamos muchísimas más complicaciones para optar a ese crecimiento económico del que tanto se viene hablando en los últimos tiempos.

Vivimos en un país en el que, desde luego, el tejido industrial ha evolucionado mucho en el último año, todavía en un contexto difícil como lo es el que plantea la pandemia. Y lo cierto es que el crecimiento todavía no ha encontrado su cima porque, tal y como nos han informado recientemente los profesionales de Ingenieros Durhi, son muchos los negocios que están interesados en seguir desarrollándose y creciendo a través de nuevas obras de ingeniería industrial: nuevas naves, fábricas o almacenes, por ejemplo. Esta es una noticia que celebramos y que, desde luego, esperamos que se siga repitiendo.

Después de todas las complicaciones que se han ido ocasionando con el paso de los últimos meses, la verdad es que tiene mucho mérito la capacidad de aguante que han tenido muchas personas, muchos trabajadores y muchos negocios para sacar adelante sus proyectos. Igual es cierto eso de que menospreciamos la capacidad económica de un país como el nuestro y creemos que todo lo bueno está más allá de nuestras fronteras. Igual las empresas españolas tienen una capacidad de trabajo que nada tiene que envidiar a las francesas, las británicas o las alemanas. Eso, desde luego, es todo un orgullo.

Alemania, un gran espejo en el que seguir mirándonos

Si hubo un país en el siglo XX que supo renacer varias veces de sus cenizas, ese fue sin duda Alemania. Al inicio de ese siglo, perdió la I Guerra Mundial, lo que le obligó a quedar endeudado hasta los topes. La inversión en industria les permitió volver a ser la potencia de Europa menos de dos décadas después. Y, más tarde, cuando perdió la II Guerra Mundial y el país volvió a quedar devastado, volvió a confiar en la industria para salir adelante, incluso a pesar de ser una nación dividida.

Hoy en día, Alemania es el corazón de Europa y España está aprendiendo muchas cosas de ella hasta tal punto de que, como os comentamos, cada vez tiene menos que envidiar de ella. Y ese es el camino. Podemos sentirnos orgullosos y orgullosas de cómo se está trabajando a nivel industrial en el interior de nuestras fronteras. Sin duda alguna, será una de las claves para hacer de este país algo más grande todavía. ¡Manos a la obra para seguir haciéndolo posible!

 

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