El queso de oveja es uno de los quesos con más proteínas

El 27 de marzo se celebra el Día mundial del queso. En España se fabrican más de 150 variedades de quesos y hay más de 2.000 variedades en todo el mundo.

Una porción de 100 gramos de queso equivale al requerimiento diario de calcio de un adulto. El queso contiene minerales, grasas naturales, hierro, calcio, magnesio, sodio y potasio. Incluye este alimento en tu dieta porque es rico en vitaminas A, B1, B12 y D.

El queso de oveja es idóneo para evitar el desarrollo de posibles afecciones cardiovasculares, gracias a sus niveles bajos de colesterol. Además, el contenido de calcio de la leche es superior.

Es uno de los quesos con más proteínas, también tiene un alto valor nutricional y es rico en minerales que ayudan a prevenir la osteoporosis y la descalcificación.

Con la leche de oveja se preparan quesos muy conocidos como es el queso curado manchego, queso fresco, requesón, etc.

«Si tenemos en cuenta sus nutrientes, queda claro que la leche de oveja es la más rica, con más del doble de grasa que la de vaca, casi el doble de proteínas y un 50 % más de calcio», dice la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Para saber más sobre este alimento nos hemos puesto en contacto con unos expertos en quesos manchegos con Denominación de Origen, como son los profesionales de ADIANO.

Ellos nos explican que el queso de oveja gracias a sus niveles bajos de colesterol, es perfecto para evitar el desarrollo de posibles afecciones cardiovasculares.

El queso de cabra se trata de uno de los tipos de queso más comunes, junto al de oveja, aunque se diferencia de este en su menor tamaño. Es un producto obtenido de la leche de cabra cuajada.

Tiene un sabor muy fuerte y una textura mantecosa y húmeda. De un color más blanco que los quesos elaborados con otras leches.

«Este fenómeno se debe a una simple razón: las cabras procesan el betacaroteno de manera diferente a las vacas. Según se explica en el portal especializado en queso The Cheese Wanker , las cabras pueden digerir completamente y convertir el pigmento en vitamina A, que es totalmente incolora. El resultado es una leche perlada vibrante y un queso blanco a juego», informa el periódico digital Okdiario.

Es particularmente común en Oriente Medio, África y algunos países mediterráneos. Los hay de todo tipo: desde el blando y fácilmente untable, hasta los duros o semiduros.

Uno de los principales países productores es Francia, pero en Catalunya también se elabora el mató, un queso fresco hecho con leches de cabra y vaca.

Se considera un queso de primavera verano, porque a diferencia de las vacas, que se pueden ordeñar durante todo el año, las cabras solo producen leche de marzo a julio. La mayoría de los quesos de cabra solo maduran durante unos días o unas pocas semanas.

Este queso destaca por su alto contenido en proteínas, necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Ayuda a fortalecer los huesos y prevenir problemas como la osteoporosis.

Además, contiene menos lactosa que la leche de vaca y sus derivados, por lo que es un alimento menos pesado.

El queso de vaca contiene dos proteínas principales: suero y caseína. La proteína caseína se clasifica en dos tipos: proteína beta caseína A1 y proteína beta caseína A2.

Cuando el cuerpo digiere la proteína de caseína beta A1, se descompone en un compuesto llamado beta-casomorfina-7, que es responsable del malestar digestivo, inflamación y problemas cognitivos.

Sin embargo, el queso de cabra contiene solo caseína beta A2 y no se descompone en beta-casomorfina-7. Por esta razón se tolera mucho mejor.

Es un alimento rico en vitaminas A, B, D, y K. Varios estudios han comprobado que este queso ayuda en la prevención de la anemia, la presión arterial y los problemas respiratorios.

Los quesos de cabra ayudan a mejorar la flora intestinal y el sistema inmunológico, porque suelen contener altos niveles de prebióticos.

Según datos de la Fundación Española de Nutrición, más de la mitad de la población mundial consume leche de cabra. Esta leche ha sido usada tradicionalmente en la lactancia como suplemento ante la falta de leche materna.

Si sufres cualquiera de estas patologías, puede ser más recomendables los lácteos de cabra o oveja que los de vaca:

-Intestino permeable.

-Enfermedades autoinmunes.

-Inflamación crónica.

-La barrera intestinal se encuentra debilitada

-Poca tolerancia a los lácteos de vaca.

El queso que es untable los puedes usar en algunas salsas o añadir desmenuzado, como el feta, en ensaladas. Mientras que el añejo puedes usarlo en muchas preparaciones, como en verduras rellenas.

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