Aumenta la demanda de servicios profesionales relacionados con el cuidado de ancianos

La demografía es una ciencia que afecta a una sociedad de una manera mucho más grande de lo que la gente suele pensar. Está claro que una sociedad no es la misma si dispone de una edad media más grande que otra que sea más joven. Los servicios que se prestan son diferentes, las necesidades son otras y, por regla general, la orientación del trabajo suele cambiar. De hecho, hay países que pasan de tener una edad media joven a estar completamente envejecidos. Los países occidentales son una buena muestra de ello.

España es un ejemplo perfecto de lo que acabamos de comentar en ese primer párrafo. Fuimos un país muy joven cuando llegó la conocida como generación del ‘Baby Boom’, pero ahora que todas esas personas se van haciendo mayores y que la gente joven tiene más dificultades y reticencias para tener hijos, nuestro país se encuentra en un estado de envejecimiento que es preocupante sobre todo por el hecho de que empieza a ser muy complicado garantizar el pago de las pensiones. Eso es lo que ha llevado, entre otras cosas, a retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años.

Fijaos en el cambio que se ha producido en lo que tiene que ver con la población anciana en España desde 2002 hasta 2020. Esto es lo que nos muestra una noticia publicada en la página web de Statista que nos indica que hemos pasado de tener algo más de 7 millones de ancianos en el primero de esos años a superar los 9 millones ahora mismo. No solo se trata de un crecimiento bastante importante, sino que también es un crecimiento bastante acelerado. Y ojo, que va a seguir creciendo tanto el número de ancianos como el ritmo al que crece ese dato. Recordad que la esperanza de vida también ha subido y esa es una de las consecuencias que conlleva.

Las necesidades relacionadas con el cuidado de ancianos se han disparado de un tiempo a esta parte en un país como el nuestro y lo mismo ocurre en el resto de países occidentales. Las sociedades de este tipo cada vez tienen una edad media más alta y lo cierto es que están viendo cómo no deja de crecer el número de ancianos en sus pueblos y ciudades. Los profesionales de Servicio Doméstico Sant Pau nos han indicado que ese crecimiento del número de ancianos tiene una relación directa con la cantidad de trabajo que se viene demandando en los últimos años a empresas como la suya.

Es necesario que siempre tengamos en cuenta las necesidades de nuestros mayores. Nos da la sensación de que, muchas veces, y no solo en España, la sociedad se olvida de ellos, olvidando con ello también todos los esfuerzos que han desarrollado a lo largo de las décadas y que, en resumidas cuentas, han hecho de la vida de las generaciones adultas y jóvenes de hoy algo mucho más fácil de lo que podría haber llegado a ser.

Las necesidades relacionadas con personas de corta edad también crecen 

No solo ha crecido el volumen de necesidades relacionadas con la tercera edad. Es un hecho. Todo lo que tiene que ver con las necesidades de los bebés también se ha multiplicado de un tiempo a esta parte y por diferentes razones. La incorporación de la mujer al trabajo y la falta de medidas más eficaces para conciliar la vida laboral y personal ha hecho que muchas personas hayan tenido que recurrir a servicios profesionales para que se hagan cargo de las necesidades y cuidados de los bebés mientras sus padres y madres se hacen cargo de las obligaciones propias de su trabajo.

Aunque es cierto que la tasa de natalidad ha descendido en España (en concreto, han nacido 338.000 bebés en el país durante el año 2020, más de 20.000 menos que en el año 2019 según lo que indica la noticia del diario Expansión que os acabamos de enlazar), lo cierto es que la necesidad de contratar servicios como al que nos referíamos en el párrafo anterior también ha crecido en los pueblos y ciudades del territorio español. También nos ha sido confirmado este dato por parte de los empleados y empleadas de Servicio Doméstico Sant Pau.

Lo que está claro es que una familia nunca puede dejar tirados a sus seres queridos. Hemos visto cómo, en muchas ocasiones, hay familias que dejan que sus mayores vivan completamente solos y apenas acuden a visitarles. Esa no es la actitud ni la mejor forma de agradecer todo lo que nos han proporcionado las generaciones que nos preceden. Y eso no habla bien de la humanidad de la sociedad de hoy. Que a nuestros mayores (y también a nuestros bebés) no les falte de nada es algo que siempre ha de permanecer en nuestra cabeza.

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