Los medios de comunicación estigmatizan la lotería

Jugar a la lotería es algo que no solo tiene que ver con la ilusión que nos proporciona el hecho de poder ganar dinero con un poco de suerte, sino que también es un asunto para el cual tiene mucho que ver la tradición. Hay familias enteras que llevan jugando los mismos números en el mismo sorteo durante años, número que incluso van pasando de generación en generación. No cabe la menor duda de que esto es bastante habitual en un país como el nuestro y que apostar por números que venimos jugando desde hace años es una manera también de honrar a nuestros antepasados.

Evidentemente, la ilusión también conforma un pilar fundamental de todas aquellas personas que juegan en algún momento de su vida a la lotería. Ni que decir tiene que el hecho de poder ser millonarios de un día para otro y la idea de que eso nos aleje de nuestro trabajo es lo suficientemente feliz como para no imaginárnosla y que eso nos haga esbozar una sonrisa. ¿Qué sería de la vida sin ilusiones como estas? La verdad es que no nos tomaríamos todo de la misma manera. Todo sería más gris, más triste. Y no es esa la sociedad que queremos ni mucho menos.

En el portal web Statista se informaba de cuáles son algunos de los sorteos de lotería en los que más participación se registra. A la Lotería Nacional, en el año 2016, jugó el 77% de la población de este país, mientras que hay algo más de un 37% de personas que juega a la Primitiva, al Euromillones o algún sorteo similar. En el ámbito deportivo, la Quiniela obtiene una importancia destacable con algo más del 7%, una cifra que es interesante y que nos dice que no debemos olvidarnos nunca del plano deportivo y de la relación que tiene con juegos como de los que venimos hablando.

Desde luego, cualquier manera de obtener dinero sin hacerle daño a nadie es buena. Y esta es una de las maneras más rápidas de hacerlo. No cabe duda de que la lotería es una de las máximas ilusiones de la gente en los momentos que corren y que se trata de una manera bastante justa de repartir el dinero puesto que todo el mundo tiene las mismas posibilidades de obtener una victoria al ser un juego de azar en la mayor parte de los casos (la Quiniela no es necesariamente algo que dependa del azar).

En los últimos tiempos, se ha tendido a estigmatizar desde los medios de comunicación a las personas que suelen jugar a la lotería, lo cual es realmente injusto y, en muchas ocasiones, no se corresponde con la realidad. Los profesionales de Diosa Fortuna nos han indicado en una conversación bastante reciente que hemos mantenido con ellos que la población española, en términos generales, es bastante prudente a la hora de jugar a la lotería y que no comete locuras en términos de gastos ridículamente altos en lo que respecta a estos juegos.

Si los periódicos, las televisiones y demás medios de comunicación se hubiesen encargado de corroborar la información de la que disponen con los profesionales de un sector como el lotero, seguramente hubiesen llegado a conclusiones muy diferentes a las que han terminado publicando. Desde luego, esto es algo que no beneficia en nada a nuestra sociedad, que muchas veces sufre las mentiras de este tipo de entidades. Mentiras que, por cierto, suelen quedar impunes si no se denuncian, cosa a lo que animamos desde aquí.

Un juego parecido al de la política en algunos aspectos 

En este sentido, el papel de los medios es similar al que desempeñan en lo relativo a la política. Cada diario o canal tiene su propia línea editorial, su propia ideología, y no cabe la menor duda de que plantea los sucesos y los hechos tal y como conviene desde su punto de vista ideológico. El impacto que eso tiene en la sociedad es una realidad irreal, que no representa lo que a la población se le viene contando. Y una sociedad que sufre los efectos de este tipo de actuaciones no es la más libre ni mucho menos. Hay mucho que reflexionar a este respecto.

En resumidas cuentas, podemos estar tranquilos en España. Somos un pueblo al que le gusta jugar a la lotería, pero que no hace locuras en lo que respecta al gasto que asume para ello. Sabemos perfectamente hasta dónde podemos llegar y los datos lo avalan. Mantener la ilusión y la tradición es algo que nos honra y que, desde luego, debemos seguir haciendo. Nunca se sabe cuándo nos va a tocar un premio que pueda transformar nuestra vida para siempre y quitarnos de encima buena parte de las penas que tengamos.

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