La artrosis o osteoartrosis es una enfermedad degenerativa que forma parte de las enfermedades reumáticas, y que afecta tanto al cartílago como al hueso y tejidos blandos de la articulación. Se produce por un “desgaste” del cartílago que recubre los huesos, de tal manera que con el movimiento rozan entre sí produciendo dolor. Esta patología crónica afecta en nuestro país a más de 7 millones de pacientes y aunque en general la asociamos con la vejez, no afecta solamente a estas personas, ya que las mujeres a partir de los 50 años, debido al descenso en el nivel de estrógenos, corren un mayor riesgo de sufrir esta enfermedad, siendo la principal patología crónica de las mujeres en España, según la Encuesta Nacional de Salud del año 2017 publicada por el Ministerio de Sanidad. La artrosis puede afectar a cualquier articulación, si bien las localizaciones más frecuentes son manos, rodillas, caderas y columna vertebral.
Sus síntomas son progresivos, y los principales son:
- Dolor. Al principio el dolor es de tipo mecánico, es decir se produce con el movimiento y cesando con el reposo, pero cuando ya se encuentra en una fase avanzada el dolor se produce incluso estando en reposo, por lo que el dolor es prácticamente constante.
- Deformidad. Ante la ausencia del cartílago, el hueso crece lateralmente de forma que se hace más grande y ancho apreciándose una clara deformación, es lo que se denomina osteofito, y la aparición de nódulos.
- Entumecimiento y pérdida de movilidad. Debido a la incapacidad progresiva del movimiento.
- Inflamación. Es frecuente que la articulación se inflame.
Esta enfermedad no es hereditaria, pero sí tiene un factor de riesgo genético que hace que aparezca con más frecuencia en sujetos con antecedentes familiares. Además de la edad y el sexo femenino, otros factores que pueden incrementar el desarrollo de la enfermedad son la obesidad, la actividad deportiva de alta intensidad, la falta de ejercicio físico, alteraciones posturales, etc.
La artrosis al ser una enfermedad crónica no tiene cura, pero sí puede afrontarse desde la prevención, los principales consejos son:
- Mantenerse en un peso corporal correcto. Realizar una dieta equilibrada controlando el peso alivia la sobrecarga de las articulaciones.
- Calor. Alivia el dolor y relaja la musculatura. Las personas con artrosis suelen ser sensibles a los cambios meteorológicos, cuando la humedad aumenta se incrementa el dolor. El clima mediterráneo y sus agradables temperaturas hacen que localidades como Denia sea para estos enfermos un buen lugar para vivir, por eso, si tu estás sufriendo este problema, una de las mejores soluciones que te podemos proponer y que te recomendamos es que acudas a Romer Playa para encontrar una vivienda en una zona que sea mucho más beneficiosa para tu salud que en la que vives actualmente.
- Ejercicio físico. La realización de un ejercicio moderado y diario protege las articulaciones incrementando la fuerza de los músculos. No se deben realizar ejercicios que produzcan dolor. Los días en que el dolor sea mayor es conveniente guardar reposo durante 2 o 3 días.
- Evitar la sobrecarga de las articulaciones. Evitando coger pesos excesivos, caminar por terrenos irregulares, no permanecer demasiado tiempo de pie ni en la misma postura.
- Utilizar calzado adecuado. Evitar el uso de zapatos de tacón alto y delgado, preferiblemente deberán ser plano o con tacón bajo, con suela gruesa que absorba el impacto del pie contra el suelo y que tenga buena sujeción.
- Procurar dormir en cama dura y sentarse en sillas de respaldo alto.
- Por las mañanas cuando se presente una mayor rigidez y dolor es conveniente tomar una ducha de agua caliente, con chorro fuerte para dar a las articulaciones y un masaje local.
Las plantas medicinales, un remedio con historia
Hasta el descubrimiento de la química y su uso en la farmacología actual, la utilización de las plantas medicinales para aliviar o curar las enfermedades era de uso habitual, por lo que, para tratar los problemas derivados de la artrosis, podemos ayudarnos de las siguientes plantas:
- El jengibre. Una planta cuya raíz está indicada para aliviar el dolor e inflamación de cualquier parte del cuerpo.
- La cúrcuma. Se utiliza su rizoma o tallo subterráneo. Es una planta con grandes propiedades antiinflamatorias, se estima que es uno de los antiinflamatorios naturales más potentes que existen.
- Cola de Caballo. Indicada para fortalecer el tejido conjuntivo y los huesos.
- Harpagofito. Se utilizan sus tallos subterráneos o tubérculos, considerado como uno de los mejores antiinflamatorios que se conocen, destaca también por sus propiedades analgésicas, incrementándose su uso en los últimos tiempos según la agencia española de medicamentos y productos sanitarios.