España es un país en el que las empresas suelen ser mayoritariamente pequeñas. El 99% de todas las empresas que existen en el interior de nuestras fronteras se puede considerar como una pequeña o mediana entidad. Pero es que, además, de todas esas empresas cabe decir que hay muchas que incluso están compuestas por una o dos personas. Se trata de entidades que se encuentran dentro de cualquier sector.
Una empresa con estas características dispone de una gran serie de ventajas, pero también presenta varios inconvenientes. El tamaño de una empresa tan pequeña obliga a sus dirigentes a externalizar distintos servicios puesto que es imposible que asuman toda la actividad que de por sí genera un negocio a nivel burocrático, por ejemplo. La necesidad de contar con ayuda para algunos de los aspectos que tienen que ver con el día a día del negocio es grande en una pyme y apoyarse en otro tipo de profesionales para solventar esta necesidad es fundamental.
Imaginemos, por ejemplo, un taller mecánico, que es uno de los ejemplos que mejor ilustran lo que supone una pyme. Si el dueño del taller tiene que estar pendiente de mil papeles y gestiones y además tiene que dedicarse a la actividad concreta a la que se presta su negocio, es probable que no haga ninguna de las dos cosas bien. Es necesario en este punto que se consiga una externalización del servicio para el cual no estamos especializados, en este caso el del papeleo o la burocracia. De lo contrario, la cosa se nos va de las manos. Invertir un poco de dinero en esa externalización de servicios es lo que puede ayudarnos a ofrecer un servicio todavía más completo y de calidad en lo que respecta a nuestra actividad.
Si uno analiza atentamente todos los requisitos y exigencias que se le hacen a las empresas, podrá entender perfectamente por qué estas externalizan algunos de sus servicios utilizando gestorías o asesorías. Podemos hacernos una idea de la cantidad de obligaciones y trámites que tienen las empresas echando un vistazo a la web de Economitax Consultores. Esos trámites y obligaciones a los que nos referimos pueden ir desde el ámbito fiscal, laboral, contable, seguros… La lista es larga y por eso la mayoría de las pymes, las cuales no cuentan con departamentos especializados en estos asuntos, deciden externalizar estas obligaciones.
Esto ayuda a descongestionar la cantidad de tareas que tienen los empleados de las pymes y ayuda a que estén centrados en los servicios que ofrecen directamente a sus clientes. Y, claro, la calidad de esos productos o de los servicios crece de una manera exponencial gracias a ello. Hay que tener en cuenta que si tenemos una cantidad desbordante de trabajo, es mucho más fácil que cometamos errores y que esa calidad de la que estamos hablando no se consiga, con la consiguiente reducción de la confianza que van a tener los consumidores en nosotros. En un mundo tan competitivo como en el que nos encontramos, no nos podemos permitir esto bajo ningún concepto.
Además, hay que tener en cuenta que, al externalizar esas cuestiones de las que hemos hablado, es mucho más fácil que las actividades que están relacionadas con ellas salgan bien. Si decidimos encargarnos nosotros de todo lo que tiene que ver con los impuestos, por ejemplo, y cometemos algún error, es posible que tengamos que asumir una sanción. Esa es una situación perfectamente posible y que se puede evitar si esa necesidad es asumida por alguna gestoría de nuestra confianza.
Entidades de una importancia sideral para nuestra economía
Las pymes tienen una enorme relevancia en una sociedad como la nuestra a pesar de que haya determinadas políticas empresariales que solo tengan en consideración a las grandes empresas que forman parte de nuestro territorio.
Una noticia publicada a principios de este año en la página web del diario El País, en concreto en su sección Cinco Días, indicaba que habíamos alcanzado en España las 2’9 millones de empresas pequeñas o medianas. Se trata del tipo de empresa más habitual en el interior de nuestras fronteras y en prácticamente todos los países del mundo. Y es el sustento de la economía puesto que también es el tipo de empresa que genera más cantidad de puestos de trabajo. Tengamos en cuenta que, para el caso de España, hay 2’9 millones de empresas pequeñas o medianas por apenas 5.500 empresas de más de 250 trabajadores. ¿Quién si no va a proporcionar más puestos de trabajo?
De hecho, es que las empresas españolas son micropymes. Así lo constata otra noticia, en este caso publicada en El Mundo en diciembre del año pasado, en la que se pone de manifiesto que solamente el 0’7% de las pymes de este país supera los 50 empleados. Y eso muchas veces ocurre porque dar ese salto es complicado, principalmente porque conlleva cambios a niveles como el legal o el financiero.
Las pymes han de tener mayor importancia para todas las personas que se encargan de la gestión política de nuestro país y más concretamente de su economía. Hay una serie de cuestiones que deberían estar encaminadas a facilitar el emprendimiento primero y la buena salud de estos negocios después. Os dejamos algunas de las que nos parecen más interesantes:
- Eliminación o reducción considerable en lo que respecta a la cuota de autónomos.
- Mayores facilidades a nivel burocrático para constituirse como empresa o para realizar la actividad que le da de comer a los miembros de la misma.
- Mayor cantidad de subvenciones, las cuales son básicas para intentar que las empresas tengan mayor liquidez.
- También se les tendría que dar la oportunidad de obtener formación en lo que tiene que ver con el uso de la tecnología más moderna, el marketing digital o las redes sociales. Muchas empresas, generalmente las más pequeñas, están regidas por personas mayores que no se han adaptado al cambio de paradigma que existe en la sociedad gracias a Internet. Es necesario cambiar eso.
Hay que pensar en negocios como la hostelería, que es una de las grandes potencias económicas de nuestro país y una de las que más empleo genera, pero que está compuesta por empresas que son pymes y que en muchas ocasiones ni siquiera llegan a la decena de trabajadores. Que negocios de este tipo tengan la necesidad de contar con facilidades para salir adelante es uno de los argumentos por los cuales probablemente crecerá la demanda de trabajo en este campo y baje el paro. Y esa va a ser siempre la mejor de las noticias para cualquier economía.
Los 3 primeros años son críticos en la vida de una pequeña o mediana empresa
Hay muchas estadísticas en lo que tiene que ver con las pequeñas o medianas empresas, pero una de las que más nos asusta más tiene que ver con la cantidad de negocios de este tipo que cierran sus puertas durante los 3 primeros años de la misma. La verdad es que son muchos los negocios que se ven envueltos en una situación así y habría que intentar reducirlos. Conseguir la estabilidad durante este primer momento de vida de una empresa es básico para que pueda continuar con opciones de desarrollo y rentabilidad en un futuro.
Si las cosas no salen bien desde un principio, es evidente que vamos a tener problemas para enderezar la situación más adelante… y sobre todo si no contamos con ayudas de ningún tipo. Hasta que nuestras campañas de marketing comiencen a funcionar, es preciso que pase un tiempo, eso es cierto, pero no cabe la menor duda de que la espera no puede ser eterna y que el ROI (el retorno de inversión) tiene que llegar más pronto que tarde para que los números rojos no sean el pan de cada día.
Tenemos un gran reto por delante en este sentido y no cabe la menor duda de que hay que cuidar de las empresas más pequeñas al mismo tiempo que ellas cuidan de sus clientes. Esa siempre va a ser la mejor manera de que un negocio mantenga su popularidad, pero un poco de ayuda nunca va a venir mal para desarrollar campos en los que quizá no se cuente con una situación ventajosa.
El futuro se presenta de una manera similar al presente. La mayoría de las empresas van a seguir siendo pymes, negocios pequeños o medianos, así que debemos desarrollar maneras de ayudar a estos negocios a crecer. Si a las empresas de este país les va bien, está claro que a las personas que forman parte de esa sociedad les va a ir bien porque habrá trabajo y prosperidad. Y eso es lo que necesitamos: certidumbre y visos de mejora para el futuro inmediato y también para el futuro a largo plazo. Con eso, todos y todas seremos mucho más felices y estaremos bastante más tranquilos. Y no cabe la menor duda de que eso redundará de una manera muy positiva en nuestra calidad de vida.