Ya estamos en febrero, y se acerca una de las fechas más románticas del año para todo el mundo: San Valentín.
La mayoría de parejas empieza a hacer planes y a buscar el regalo perfecto para su amada/o, y lo cierto es, que si de algo no pueden quejarse es de no encontrar globos de corazones, ositos, bombones o flores a lo largo de este mes en cualquier tienda. Pero ¿alguna vez nos hemos preguntado por qué son tan típicos estos regalos? ¿Qué significan?
Quédate a descubrirlo a lo largo de este artículo y satisface tu curiosidad ¡no quedarás indiferente!
¿Por qué se regalan cosas románticas en San Valentín?
La tradición de intercambiar regalos en San Valentín está arraigada en una combinación de elementos históricos, culturales y comerciales que han dado forma a esta festividad a lo largo de los siglos.
De hecho, lo primero que tenemos que entender es que San Valentín hace referencia a un santo, como bien indica la palabra “San” antes de “Valentín”; concretamente conmemora el martirio de San Valentín (como no podía ser de otra manera). Valentín fue un mártir de la época romana del cual cuentan una historia bastante romántica (como su fiesta en sí misma):
Se cuenta que se dedicaba a casar a parejas en secreto, ya que el emperador Claudio II prohibía casarse a las parejas argumentando que los solteros eran mejores soldados que los casados. Este acto romántico de “rebeldía” le costó caro, ya que lo descubrieron y lo apresaron, condenándolo además a muerte. Durante su cautiverio, cuentan que uno de los encargados de vigilarlo quiso comprobar si Valentín era realmente alguien especial, y le pidió que curara a su hija, que era ciega. Cuentan que no sólo fue capaz de devolverle la vista, sino que, además, se enamoró de ella, y antes de cumplir su destino de muerte le mandó algunas cartas de amor a la susodicha declarándole su amor y despidiéndose de ella.
Esta historia ha cautivado a las parejas durante muchas épocas, y como era de esperar, las empresas también han decidido aprovechar esta corriente romántica creando la necesidad de regalar obsequios a la persona amada, mucho más allá de las simples cartas románticas que escribía San Valentín a su amada. Nos guste más o menos, ya es una fiesta prácticamente comercial, y como mencionábamos, existen una serie de regalos que son ya típicos a la hora de celebrarlo.
¡Que no falten flores ni bombones, por favor!
Intercambiar regalos siempre ha sido signo de admiración, respeto, y por supuesto, amor. Digamos que, no podemos ir a por la luna ni podemos crearle un planeta lleno de animalitos adorables al amor de nuestra vida ¿verdad? Aunque está claro que lo haríamos (cueste lo que cueste) por desgracia, debemos conformarnos con un peluche o una tarta, claro está.
Esta necesidad de demostrar amor y afecto a creado toda una serie de regalos típicos de San Valentín que todos conocemos, pero ¿sabemos por qué son siempre los mismos?
- Flores.
Las flores, especialmente las rosas rojas, son uno de los regalos más populares en San Valentín. Existen rosas de todos colores, ¡pero sin duda, las rojas son especiales! Y es que las rosas rojas han sido durante mucho tiempo un símbolo de amor y pasión, lo que las convierte en la elección perfecta para expresar sentimientos románticos en esta ocasión especial. Además de las rosas rojas, otras flores como los lirios, los tulipanes y las orquídeas también son opciones populares para regalar en San Valentín, cada una con su propio significado y belleza única.
De hecho, hay una opción muy popular que es “la rosa eterna” que consiste en una rosa que no se marchita dentro de un tarro de cristal. Esta eternidad, también podría significar el amor que sentimos por la persona amada: sin duda, estamos dejando a entender que nuestro amor es eterno.
- Chocolate.
Los chocolates son otro regalo clásico de San Valentín que se ha vuelto prácticamente un sinónimo de la festividad. El chocolate se asocia con el placer y la dulzura, lo que lo convierte en un regalo delicioso y elegante para compartir con la persona amada. Además, el chocolate se ha relacionado históricamente con el amor y la seducción, por lo que es una elección perfecta para celebrar esta romántica ocasión.
- Tarjetas y cartas.
Si nos inspiramos en San Valentín, comprenderemos bien por qué son una opción tan popular; las tarjetas y cartas de amor son una forma completamente atemporal de expresar nuestros sentimientos.
La escritura es algo muy personal. Cada uno de nosotros tiene una caligrafía propia y un modo de expresarse diferente. Por ello, es tan importante y deja tanta huella recibir una carta o tarjeta escrita por la persona que más amamos. Y si además la decoramos con corazones o mariposas ¡imagina lo que le encantará!
- Joyas.
Regalar joyas es otro clásico de San Valentín, ya que simbolizan el compromiso y la conexión duradera entre dos personas. De hecho, cuando te casas sueles compartir anillos de boda ¿verdad? El hecho de que cada persona lleve consigo una pequeña parte tangible que represente el vínculo con la otra persona, es una de las cosas más románticas que existen.
Podemos encontrar anillos de compromiso, collares y hasta pulseras y pendientes. Además, las parejas suelen personalizarlas con nombres, fechas importantes o mensajes grabados que añaden un toque personalizado a este regalo tan especial.
- Cenas románticas.
Las cenas románticas son una forma muy popular de celebrar San Valentín y compartir un momento íntimo con la persona amada.
De hecho, muchos restaurantes ofrecen menús especiales y experiencias gastronómicas especialmente diseñadas para la ocasión que incluyen platos exquisitos, vinos selectos y nos permiten disfrutar de un ambiente romántico y acogedor. Sin duda, compartir una cena romántica en San Valentín es una forma muy bonita de celebrar el amor y crear recuerdos duraderos junto a tu pareja.
- Ositos de peluche.
En Mundoflor lo saben bien: los ositos de peluche son otro regalo clásico y emblemático de San Valentín. Estos adorables peluches son símbolos de ternura y cariño, y prácticamente gustan a todo el mundo de cualquier edad.
¿Quién no querría abrazar un osito de peluche? Los abrazos reconfortan siempre, y si además, abrazas a un osito que te recuerda al amor de tu vida ¡sales ganando por partida triple!