No están las cosas para hacer el tonto con la economía. Después de unos años que parece que hemos vivido de lo que ahorramos durante la pandemia, eso es al menos mi caso. Ya que yo estaba acostumbrado a salir todos los días, todos los fines de semana y luego en verano irme de vacaciones, pues oye, ese dinero me ha servido para tener un colchón que en los últimos años he ido gastando.
Como suele pasar en todos los asuntos de la vida, todo se acaba. Y esos ahorros están ya en las últimas. Por eso, cuando llega el momento de hacer una compra importante hay que analizar bien la situación. Y ahora mismo, por la situación que vivimos, el comprar un automóvil es una decisión que hay que tomar con calculadora. Y es que no es el momento más boyante para hacer un desembolso grande y menos por un coche. Solo hay que ver la incertidumbre que genera ahora mismo lo de comprar un coche de gasolina. Está claro que la Agenda 2030 e incluso parte de la Unión Europea van a por ellos. Y claro, ahora la duda es saber si merece la pena comprarte un coche cuando sabes perfectamente que en unos cuantos años puede dejar de ser válido o que no le dejen entrar en ninguna ciudad. Y es que ahora mismo hay muchas situaciones kafkianas dependiendo de la ciudad donde vas.
Os cuento un detalle. Hace años mi pareja se compró un coche que le dieron incluso subvención porque era ecológico. Diez años después le dicen que es un coche contaminante, le dan la etiqueta B y le dicen que no podrá circular por muchas zonas de ciudades. Es de locos. Pues nada, con esto es normal que la gente no se atreva a comprar un coche nuevo. Así pues, si hay una persona que está indeciso entre comprar un coche nuevo o de segunda mano, es importante que considere estos factores antes de tomar una decisión. Y es que como nos indican desde Eemotor, una empresa especializada en la venta de segunda mano, hay una serie de recomendaciones que no tienen comparación.
Lo primero que he podido comprobar es que el precio no es igual. Los coches de segunda mano suelen ser más baratos que los nuevos, está claro que si cuenta con un presupuesto limitado te va a venir mucho mejor uno de segunda mano. Está comprobado que los coches nuevos pierden su valor rápidamente en los primeros años, mientras que los coches de segunda mano ya han pasado por este proceso. Vamos a mantener el precio durante más tiempo. Es curioso que el precio de la vivienda siempre aumenta, pero el de los coches, no es así. Todo lo contrario.
Si el coche ha sido propiedad de alguien antes, es probable que tenga un historial de mantenimiento. Esto siempre nos puede servir para comprobar si ha sido bien cuidado. En este tipo de talleres te dan toda la tranquilidad del mundo. También he podido comprobar que la gente que va buscando un coche concreto, tiene más elección en el mercado de segunda mano. Además, los coches nuevos suelen tener costes adicionales, como impuestos y tasas de matriculación, que no se aplican a los coches de segunda mano.
Desventajas
Sin embargo, es cierto que también hay algunas desventajas a considerar, aunque yo personalmente creo que son menos. Por ejemplo, los coches de segunda mano pueden tener más desgaste y problemas mecánicos, lo que puede aumentar los costes de mantenimiento a largo plazo. Pero os digo de verdad que si apuestas por un taller en condiciones no vas a tener ningún problema.
Un amigo me decía que es posible que no tengan las últimas características de seguridad o tecnología que se encuentran en los coches nuevos. Pero eso es algo que se cae por su propio peso, porque ya te digo que este tipo de talleres siempre está a la última en estas cuestiones.
Lo que sí que tenemos claro es que si quieres comprar un coche de segunda mano, es muy recomendable que lo haga a través de un concesionario de confianza, que pueda proporcionar un historial de mantenimiento y garantía. Porque es cierto que muchas veces hay problemas por pensar que podemos encontrar una ganga, pero recuerda que nadie da duros a pesetas. O en este caso a céntimos de euros. No crees.